Varios paños de muralla original de la alcazaba árabe del conjunto histórico artístico del Castillo de Alcalá de Guadaíra se encontraban en estado de peligro. Se actuó saneando los lienzos y consolidándolos mediante cosido con varillas de fibra de vidrio. También se consolidó la superficie de apoyo y el terreno colindante mediante la creación de una cimentación con torta de hormigón armado y tanganas de albero compactado. Para el acabado final se realizó un arenado con partículas de granulometría fina a fin de limpiar la superficie, y una reconstrucción de las zonas perdidas o deterioradas empleando técnicas originales de construcción de la época, calicanto, empleando los mismos materiales originales, piedra de albero y morteros de cal. Como medida de control se dejaron instalados fisurómetros de dos direcciones que se revisan periódicamente.